En ocasiones en el proceso de compra de una vivienda un comprador emprende acciones que pueden poner en dificultades las tareas realizadas por su agente. Y no sólo eso, también, en última instancia, esas acciones se pueden volver en su contra.
Comprar una casa puede ser un proceso largo y desafiante. Es una transacción larga, costosa e infrecuente que puede causar mucho estrés y ansiedad.
Algunos compradores necesitan mucho tiempo para cerrar una compra, y requieren un alto grado de interacción con su agente inmobiliario . Otros, en cambio son más autosuficientes, y sólo tratan con el agente de vez en cuando.
Los buenos agentes inmobiliarios pueden tratar con cualquier comprador en cualquier momento – como debe ser, no?. Estamos en el negocio de los servicios, y aplicamos el axioma de que el cliente siempre tiene razón.
Pero seamos realistas: Todos los compradores (y todos los agentes) no son iguales, y dado que los compradores no acostumbran a pagar por el tiempo que el agente les dedica, en ocasiones puede haber una desconexión en la relación.
En este post, queremos detallar cinco comportamientos de comprador que pueden hacer la vida más difícil para los agentes.
Pactar un intercambio de precios (de forma secreta)
Es algo común que un futuro comprador le pida al vendedor de su posible viviendo un descuento si la inspección final realizada descubre algunos problemas. Pero, en ocasiones después de llegar a un acuerdo, se intenta pactar un nuevo precio sin informar al agente. Este comportamiento es contraproducente, ya que añade estrés y mala voluntad entre todas las partes involucradas, durante lo que ya podría ser una transacción difícil.
Es mejor ser sincero con sus intenciones. Si el acuerdo no está destinado a llegar a buen fin, es mejor no optar por ese camino.
Hacer ofertas a la baja de forma desproporcionada.
En ocasiones, el comprador busca una ganga, y lo único que desea es buscar una rebaja desproporcionada en el precio de una vivienda tasada ya de forma correcta.
Este tipo de ofertas injustificadas a la baja puede ser una pérdida de tiempo para todos los involucrados. El vendedor no va a tragar con una rebaja sustancial del precio de salida sin que haya ninguna razón de peso para ello, incluso si la propiedad ha estado en el mercado durante un tiempo.
De hecho, una oferta de este tipo probablemente sólo ayudará al agente a obtener una pequeña reducción de precio, abriendo así la ventana de oportunidad a otro comprador.
Es aceptable ofrecer menos que el precio que se pide, pero siendo realista.
Exigir demasiado durante la presentación
Es típico que un potencial comprador que acude a ver una propiedad en una sesión de puertas abiertas, a continuación, si está interesado pida una presentación privada. Incluso puede pedirla hasta en dos o tres ocasiones.
Sin embargo, es frustrante cuando un comprador llega a una de esas visitas con un diseñador, arquitecto, contratista o sólo con algunos amigos. A continuación pasa una hora o dos en la vivienda realzando inspecciones, mediciones…. Esto es contraproducente, sobre todo si se hace en distintas propiedades y no se concreta oferta alguna.
Es común que muchos compradores hagan una visita fugaz a su posible futura vivienda para obtener una primera impresión de la propiedad antes de traer a amigos, familiares o consultores contratados. Pero ir a una casa pulgada por pulgada en la primera o segunda visita es a menudo una pérdida de tiempo de todos.
Demandas que no se ajustan a una realidad inmediata
En algún momento, pensamos… voy a comprar una casa. Esto esta bien; por algún sitio hemos de comenzar, no?…..;-)
Desafortunadamente, a veces los compradores están a un año o dos vista de realmente plantearse un cambio o adquisición, pero durante ese tiempo hacen muchas demandas a su agnte
Pedir a un agente que investigue los permisos de construcción, impuestos, plusvalías o cualquier otra información que pase por la cabeza sólo porque se es curioso – y aunque la propiedad no se ajusta a sus necesidades – probablemente no es una solicitud justa.
Los agentes no pueden ser tan eficaces con sus clientes realmente activos si están dedicando mucho tiempo investigando y realizando tareas para los clientes que están a años de estar listos para comprar.
Cambiar de idea repetidamente
Está bien cambiar de idea basándote en las experiencias adquiridas durante el proceso de compra de una vivienda. Esta es una parte común del proceso de evolución del comprador.
Muchos compradores parten con una idea X, pero terminan con Y después de aprender en el mercado y ver «por donde van los tiros». En el momento en que esté listo para comenzar a hacer ofertas y moviéndose en la dirección adecuada para la adquisición de su futura casa, el agente tendrá un arma poderosa para poder realizar su trabajo de forma efectiva.
Pero si te encuentras moviéndote entre diferentes ideas y no estás seguro del objeto de tu búsqueda, es posible que no estés listo para comprar. No pasa nada. Tómate tu tiempo y aprende del mercado.
El proceso de compra de una casa es un viaje, y la incorporación en el proceso de un buen agente local en el momento adecuado puede aportar mucho valor. Ten en cuenta que los agentes trabajan de forma gratuita hasta que un comprador o vendedor cierran la operación. Los agentes, por tanto, deben aprovecharse como un recurso enorme – cuando llegue el momento adecuado.